Mi familia

Mi familia
He convivido con gatos ya varios años. Son animales maravillosos que necesitan de comprensión para que exista una buena convivencia. Por eso, acá están mis sugerencias, consejos y cómo convivimos nosotros. Así intentaremos darles ayuda a otros, para que más gatos sean salvados. Adopte, no compre. Sino ayuda a sólo mantener un negocio, que es brutal.

jueves, 24 de octubre de 2013

Yue es una estrellita más en el cielo

El 16 de Septiembre (2013) fue un día espantoso. Diluviaba. Pero por sobre todo, al hermosísimo Yue se le escapaban las fuerzas para poder seguir viviendo.

Apenas 3 semanas antes le había detectado FUS. Pero se le tapó la uretra, y la veterinaria le colocó primero una sonda. El video que está acá es del 28 de Agosto. Tenía la sonda puesta, pañal, collar isabelino y también un cateter (que no necesitaba).


Con algunos comentarios, acá está el link al video en YouTube. Yue dice mama!

El viernes se le retiró todo. La veterinaria que lo atendía dijo que tenía materia fecal retenida, pero NO lo ayudó para que la pudiera evacuar. Al día siguiente fuimos de urgencia a la veterinaria del Dr. Cerverizzo, en Honorio Pueyrredón al 300.


Se le tomó la placa radiográfica que está acá al lado.

No son pocas las palabras de bronca que tenía cuando ví la placa. El día anterior la veterinaria me hizo que volviera con el precioso Yue como si ya estuviera bien. Y luego esa veterinaria me increpó por idioteces. Es para denunciarla!





En la veterinaria de Honorio le volvieron a colocar otra sonda, aunque su tracto urinario estaba lastimado. Le hicieron enemas y le ayudaron a evacuar esos enormes pedazos de caca.


Durante una semana la fuimos remando.
Pero cuando se le retiró la sonda, todo fue de mal en peor.

No puedo expresar cuánta desesperación tuve en ver que Yue no podía hacer pis por sí mismo.
Pero como me habían dicho que quizás sus músculos no estaban fuertes, lo ayudé. Y lo ayudé tanto que seguro lo terminé lastimando. 

 


Aprendí a poner inyecciones. Yo que tengo pánico a las agujas.

Te pasé suerito.



En sólo 3 días, pequeñín, te me fuiste consumiendo.

Ya no quisiste comer.
Podías hacer caca. Pero para orinar hubo que colocarte otra sonda más.

No querías tomar agua así que yo te forcé.

También te forcé el alimento.




Tus hermanos y yo nos quedamos a tu lado.

Dormí a tu lado las últimas dos noches. No me importaba dormir lo que fuese mal. Sólo quería estar con vos.

Me tomó más de 2 días luego de tu partida definitiva para pude ordenar algo. 




No sé por qué no cerraste tus ojitos al partir. Te sacamos la sonda. Te limpié y te saqué el pañal. Quería que fueses el gatito super amoroso y fuerte que siempre luchó.
Te envolví en uno de nuestros toallones para que tu cuerpito no pasara frío. Aunque era un toallón viejito, tenía todavía colores y solcitos amarillos. Que la poca luz que todavía podían darte esos solcitos te guiase a tu eterno descanso. Y si tus ojitos se quedaron abiertos para esperarme, por favor, guíanos a tus hermanos gatunos y a mí para que volvamos a estar juntos cuando nos llegue nuestro turno.



Yue, hijito querido. Te tuve desde el 30 de Junio del 2008.
 
Te conocí apenas dos meses antes en el Hogar de Lourdes. Ya eras un gato adulto, aunque nadie sabía si tenías más de 3 años. Te dejaron abandonado porque te habían roto la columna y nadie se ocupó de atenderte. La mitad trasera de tu cuerpito no tenía movimiento. Te conocí arrastrándote.
Pero aún arrastrándote, me esperabas siempre cuando yo iba.


Con tu manito derecha me tocabas suavemente al mismo tiempo que me hablabas, pidíendome atención.
Hasta me seguías, arrastrándote, por el refugio de gatitos para estar conmigo. Sí, es cierto, yo llevaba latitas de atún al agua, casancrem, pollito, carnecita. Puede ser que me siguieras porque llevaba alimento. Pero muchas veces sólo me pediste que te acariciara y te encantaba poner tu cabecita en mis manos.


Por eso Sandra me permitió tenerte. Fui muy feliz. Sandra te rehabilitó mucho.

Acá te hiciste de nuevos hermanos inmediatamente. Te encantaban los muebles que yo les hacía para que pudieran trepar. Cómo disfrutaste trepar a ellos!!! Estar al solcito. Correr detrás de las aves que vienen todavía a comer pancito y semillas. Jugar con tus hermanos gatunos.
 



Cuántas veces me ayudaste armando los muebles! Qué cargoso que eras al pedirme el casancrem para tu desayuno!!!! Te comías dos cucharadas vos solito. Ahora tus hermanos apenas comen media.
Cuántas veces me pediste que te diera lo que fuera que yo estaba comiendo o preparando para comer. No importaba si estaba frío o caliente. No importaba si era arroz, polenta, pan, zanahorias. Lo que fuese, vos pedías. Claro, no te dí de todo. Pero sí te dí mucho.
 
 Qué alegría que tenía cuando veía todo lo que vos hacías, aunque te costase.

Te gustaba limarte las uñitas en la parra, no? Y muchas veces te gustó usar el mueble que le hice al gato visitante que sigue viniendo.

Cuánto más quería darte, hijito!

Tus hermanos no me piden tanto que les ponga mi mano para tomar el agua del hueco de mi mano, o de mi dedo como vos me pedías. 



Hoy extraño muchísimo no poder tenerte abrazado en todo momento.
Tampoco tengo los golpecitos de tu manito derecha pidiendo atención.

Menos escucho tu voz que siempre, pero siempre, estabas hablando.

Tus hermanos te extrañan, sobre todo Hiko con el que estás abrazado acá en la foto. Y sí, así dormíamos todos juntos, siempre muy abrazados.




Hijito querido:
creí que te podía salvar. Fuimos a los veterinarios todos los días. Tenía que salvarte!

Por eso insistí tanto en que no retuvieras orina. Te obligué a sufrir unos días más porque esperaba, tenía la esperanza y el deseo de que pudieras vivir más tiempo con nosotros, bien.


No pudo ser.

Ahora tus cenizas están en una urnita que voy a forrar en breve con tus fotos más lindas. Por ahora estás en una linda bolsa roja de regalo dentro del mueble-escalera que quería que disfrutaras.
No lo hice cuando debía. Quería tanto que lo pudieras disfrutar.

El escalón más alto es un estante con tapa.
Estás al lado de mi cabeza, al lado de Kiba y de Nikki.

Uds fueron mis compañeros durante algún tiempo. Al igual que los hermanos que están todavía con vida. Y creo que jamás será el tiempo suficiente. Compañía que se transformaron en familia, familia que no abandona, no critica, no maltrata. Son y siempre serán los mejores.

Por eso están a mi lado siempre. Sobre todo, cuando duermo. Estamos juntos.

Espero que cuando me llegue a mí mi turno, luego de que todos los otros hijitos peludos ya no estén, tenga el privilegio de poder estar con todos ustedes de vuelta.

Yue, fuiste un gatito sumamente excepcional: luchador, charlatán, demandante de amor.
También diste muchísimo amor, aún a quienes no te conocían.

Te extraño mucho, querido Yue.

Te quiero. Tu mamá humana. Gracias por decirme "mamau"!!!